Buscaba ofrecer un espacio donde los médicos panameños y extranjeros tuvieran un lugar en donde ejercer su profesión.
08 abril 2024 |
Un elefante blanco era un símbolo de la realeza tailandesa que representaba prosperidad. Al mismo tiempo, resultaba en una maldición por ser una posesión valiosa, pero pesada, cuyo mantenimiento estaba fuera del alcance de algunos a quienes por castigo se les otorgaba. Si su propietario lo dejaba enfermar o morir, lo pagaba hasta con su propia vida y la de su familia.
Era como imponer un gran castigo a una persona para llevarlo a la quiebra. Eso significaba el hecho de que Porras metiera a los panameños en un elefante blanco, como también es conocido el hospital público más importante de país, dijo el Panamá América.
Así de gigante y comprometedor resultaba para los panameños el gran edificio blanco que inauguró Porras el 1 de septiembre de 1924 para atender la creciente demanda de atención médica, que para ese entonces ya era notable.
Años más tarde, en 1942, el tiempo le dio la razón, cuando en estado de gravedad su propio creador no encontró cama para ser atendido.
No obstante, el Hospital Santo Tomás tiene una larga historia como institución hospitalaria. Estuvo a cargo de varias órdenes religiosas, patronatos hasta la época republicana, cuando pasó a ser una entidad del Estado. En 1986, el Hospital Santo Tomás y sus jardines fueron declarados monumentos históricos nacionales.
Además de reemplazar el hospital original que funcionaba en el corregimiento de Santa Ana, la construcción del nuevo edificio buscaba ofrecer un espacio donde los médicos panameños y extranjeros, que vivían en Panamá, tuvieran un lugar en donde ejercer su profesión, explicó el historiador, según relató el Panamá América.
El diseño fue realizado por el arquitecto estadounidense James Cady Wright. Contaba con cinco hectáreas de las cuales tres son edificios, calles, aceras y estacionamientos y otras dos hectáreas eran jardines.
Antes de la construcción, en los años 40 del Hospital de la Caja de Seguro Social, y en los 60, el hospital general de la Vía Simón Bolívar, el Hospital Santo Tomás era el único hospital escuela, aunque siguió siendo el de mayor prestigio, detalló Berrío-Lemm.
“Tenemos una bonita historia, en donde el Santo Tomás antiguo y el moderno juegan un papel crucial, junto a las adiciones que ha tenido y que lo han llevado a convertirse en un complejo que opera en gran asocio”, explicó.
Berrío-Lemm instó a los panameños a mirar ese monumental edificio con cariño y gratitud. Reconoció que es la casa hospitalaria de todos y 100 años después, sigue cumpliendo el mismo objetivo que el presidente Porras le dispuso para toda la vida.