La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, consideró que el coronavirus Covid-19 es la incertidumbre más apremiante en el ámbito económico mundial.
20 febrero 2020 |
A propósito de un comunicado emitido de manera previa a la reunión que ministros de Economía y Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20 sostendrán en Arabia Saudita el sábado y el domingo próximos, la directiva recalcó que si las interrupciones del virus terminan pronto, se prevé que la economía china se recupere enseguida.
Se espera, dijo, una fuerte caída en el crecimiento de China en el primer trimestre de 2020, pero una pequeña reducción para el conjunto del año.
Los efectos indirectos a otros países seguirían siendo relativamente menores y de corta duración, principalmente a través de interrupciones temporales de la cadena de suministro, turismo y restricciones de viaje, abundó.
Alertó, no obstante, que otro sería el panorama si la situación se extiende.
Sin embargo, aún en el mejor de los casos, la tasa proyectada de crecimiento global sigue siendo modesta en muchas partes del mundo y, a mediano plazo, se espera que el crecimiento permanezca por debajo de los promedios históricos, apuntó.
Georgieva especificó que hay tres áreas en las que los ministros y los gobernadores de los bancos centrales pueden avanzar para proporcionar más certeza sobre las acciones futuras durante las reuniones del G-20, que se realizarán en Riad, tales como comercio, clima y desigualdad.
En relación al intercambio comercial, si bien reconoció que el acuerdo entre Estados Unidos y China eliminó algunas de las consecuencias negativas inmediatas para el crecimiento global, el convenio deja sin resolver muchos de los problemas subyacentes.
Según aclaró, se estima que el convenio reducirá el efecto de las tensiones comerciales en un 0,2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2020, aproximadamente una cuarta parte del impacto total.
En relación al clima, los cálculos del personal técnico del FMI muestran que un desastre natural típico relacionado con el clima reduce el crecimiento en un promedio de 0,4 puntos porcentuales en el país afectado en el año del evento, aseguró.
La funcionaria reveló que los daños causados por el huracán María representaron más del 200 por ciento del PIB de Dominica y más del 60 por ciento del de Puerto Rico.
En este punto recomendó la pertinencia de las inversiones en energía limpia e infraestructura resistente que pueden generar lo que llamó un dividendo triple: evitar pérdidas futuras, generar ganancias de innovación y crear nuevas oportunidades para los más necesitados.
Georgieva recordó que en gran parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y los países del G-20, las desigualdades de ingresos y riqueza siguen siendo persistentemente altas.
Hay una brecha de oportunidad cuando se trata de género, edad y geografía que pueden convertirse en abismos que alimentan la incertidumbre sobre el futuro, la desconfianza en el Gobierno y, en última instancia, contribuyen al malestar social, advirtió.